"Exercício e Gravidez Como Um Componente de Saúde." Por Andreza Ribeiro Coach, (CREF: 090492-G/SP)

"Ejercicio y embarazo como componente de la salud". Por Andreza Ribeiro Entrenador, (CREF: 090492-G/SP)



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Poder generar una vida es solo UNA de las tantas capacidades y potencialidades de una MUJER. El embarazo es dar vida para generar otra vida. Ser responsable de crear un “ambiente fisiológico” saludable es una responsabilidad dada a la MADRE. Y esta responsabilidad es ciertamente un desafío, ya que el cuerpo femenino cambia durante el embarazo, siendo el más obvio el centro de gravedad de la mujer a medida que el bebé crece, lo que puede hacer que el cuerpo produzca la hormona relaxina, diseñada para relajar las articulaciones de la pelvis para Darle espacio al bebé para pasar por el canal del parto hace que los ligamentos se aflojen, lo que puede hacerlos más vulnerables durante los movimientos extenuantes.

Otro cambio fundamental es el aumento del volumen sanguíneo y del gasto cardíaco, y el correspondiente aumento de la frecuencia cardíaca. Afrontar todos estos cambios de forma saludable es un reto y temas como el sueño, la nutrición y el ejercicio físico son recomendaciones citadas, sin embargo, ¿una mujer embarazada puede practicar ejercicio físico? Ésta es una pregunta que suele hacerse el público en general. Tenemos algunas recomendaciones generales, es decir, habrá cambios dependiendo del estado de la embarazada.

(Jessica López) Imagen de journal.crossfit.com

La directriz dirigida a una mujer embarazada que nunca ha practicado ejercicio físico, pero que tiene buen estado de salud, indica que se debe restringir el inicio de la práctica en el primer trimestre, período en el que se forma el bebé. Después de este período, las actividades ligeras y moderadas contribuirán a la calidad de vida y comodidad de la madre y del bebé, permitiendo incluso una mejor recuperación posparto, “ella necesita poder cruzar la calle antes de que aparezca la mano roja, caminar dos cuadras hasta la supermercado y llevarme una bolsa de comestibles a casa, y tal vez subir las escaleras”.

Cuando nos encontramos ante una situación en la que la embarazada ya está practicando ejercicios físicos, la orientación irá dirigida a la sensación de malestar tanto en relación a la recuperación y el cansancio, como durante la ejecución de algún movimiento. Se dan algunas pautas como no correr ni saltar, para evitar posibles caídas, pero nada tiene relación con la intensidad del estímulo (aumento de presión y frecuencia cardíaca) que presenta el movimiento. También se producen algunas adaptaciones, especialmente en las etapas finales del embarazo, ya que la barriga será más grande, lo que dificulta el movimiento del cuerpo.

Directrices generales tales como: garantizar la salud y seguridad general de la madre y el niño; monitorear los cambios que ocurren por trimestre con cambios hormonales que afectan músculos, tendones y articulaciones; aplicación cuidadosa de la intensidad relativa (cómo se siente la mujer embarazada durante la práctica); preservar el estímulo previsto de los patrones de movimiento, pero no necesariamente el resultado metabólico (intensidad); garantizará la seguridad y la salud.

El embarazo es un momento en el que “la madre promedio (e incluso la madre por encima del promedio) no necesita poder correr 10 km más rápido; Ella necesita conocer la técnica de movimiento adecuada, así como la fuerza y ​​potencia funcional para poder acomodar adecuadamente su abdomen en crecimiento y evitar el dolor lumbar. Y una vez que nace el bebé, ella necesita poder ponerse en cuclillas correctamente, levantarlo, subirlo y bajarle escaleras y colocarlo innumerables veces dentro y fuera de un cochecito o asiento de seguridad”. Aunque no hay mucha investigación sobre la reanudación de la actividad física después del parto, los expertos médicos recomendarían precaución en las primeras cuatro a seis semanas después del parto porque los cambios fisiológicos y morfológicos que ocurren con el embarazo persisten después del parto.

 

Escrito por Andreza Ribeiro.

Entrenador

(CREF: 090492-G/SP)

Referencias disponibles al final del artículo completo.

 

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Poder generar una vida es solo UNA de las tantas capacidades y potencialidades de una MUJER. El embarazo es una entrega de la vida para generar otra vida. Ser responsable de crear un “ambiente fisiológico” saludable es una responsabilidad dada a la MADRE. Y esa responsabilidad es de hecho un desafío, ya que el cuerpo femenino cambia durante el embarazo, siendo el más obvio el centro de gravedad de la mujer a medida que el bebé crece, lo que puede hacer que el cuerpo produzca la hormona relaxina, diseñada para relajarse. Las articulaciones de la pelvis, para darle espacio al bebé para pasar por el canal del parto, hacen que los ligamentos se ablanden, lo que puede hacerlos más vulnerables durante los movimientos extenuantes.

Otro cambio fundamental es el aumento del volumen sanguíneo y del gasto cardíaco, y el correspondiente aumento de la frecuencia cardíaca. Afrontar todos estos cambios de forma saludable es un reto y temas como el sueño, la alimentación y el ejercicio físico son recomendaciones citadas, pero ¿una mujer embarazada puede realizar actividad física? Ésta es una pregunta que suele hacerse el público en general. Tenemos algunas recomendaciones generales, es decir, habrá cambios dependiendo del estado de la embarazada.

(Jessica López) Imagen de journal.crossfit.com

Las pautas dirigidas a mujeres embarazadas que nunca han practicado ejercicios físicos, pero que gozan de buena salud, indican que el inicio de la práctica debe recibir una restricción en el primer trimestre, período en el que se forma el bebé. Después de este período, las actividades ligeras y moderadas contribuirán a la calidad de vida y comodidad de la madre y del bebé, permitiendo incluso una mejor recuperación posparto, “necesita poder cruzar la calle antes de que aparezca la mano roja, caminar dos cuadras hasta al supermercado y llevar una bolsa de comestibles para la casa y tal vez subir las escaleras”.

Cuando nos encontramos ante una situación, en la que la embarazada ya tiene práctica de ejercicios físicos, la orientación estará dirigida a la sensación de malestar tanto en relación a la recuperación y fatiga, como también durante la ejecución de algunos movimientos. Se dan algunas pautas como no correr ni saltar, para que se eviten posibles caídas, pero nada tiene que ver con la intensidad del estímulo (aumento de presión y frecuencia cardíaca) que presenta el movimiento. También se producen algunas adaptaciones, sobre todo en las etapas finales del embarazo, ya que la barriga será más grande, lo que dificulta el movimiento del cuerpo.

Directrices generales tales como: garantizar la salud y seguridad general de la madre y el niño; mantente al día con los cambios que ocurren por trimestre con cambios hormonales que afectan músculos, tendones y articulaciones; aplicación cuidadosa de la intensidad relativa (cómo se siente la mujer embarazada durante la práctica); preservar el estímulo previsto de los patrones de movimiento, pero no necesariamente el resultado metabólico (intensidad); garantizará la seguridad y la salud.

El embarazo es un período en el que “la madre promedio (e incluso la madre por encima del promedio) no necesita poder correr 10 km más rápido; ella necesita conocer la técnica de movimiento adecuada, así como la fuerza y ​​potencia funcional, para poder acomodar adecuadamente su abdomen en crecimiento y evitar el dolor lumbar. Y una vez que nace el bebé, ella necesita poder agacharse correctamente, levantarlo, subir y bajar escaleras en brazos y ponerlo y sacarlo innumerables veces de un cochecito o de un asiento para el automóvil”. Si bien no hay mucha investigación sobre cómo resumir la actividad física después del parto, los expertos médicos recomendarían precaución en las primeras cuatro a seis semanas después del parto, porque los cambios fisiológicos y morfológicos que ocurren con el embarazo persisten después del parto.

 

Escrito por Andreza Ribeiro.

Entrenador

(CREF: 090492-G/SP.)

Traducido por Equipo Imparable.

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Poder generar una vida es sólo una de las tantas capacidades y potencialidades de una MUJER. La vergüenza es dar la propia vida para generar otra vida. Ser responsable de crear un “ambiente fisiológico” saludable es una responsabilidad otorgada a MADRE. Aunque esta responsabilidad es un desafío, ya que el cuerpo femenino cambia durante la vergüenza, el más obvio es el centro de gravedad de la mujer a medida que el bebé crece, lo que puede hacer que el cuerpo produzca la hormona relaxina, diseñada para relajar las articulaciones pélvicas. Para darle al bebé espacio para pasar por el canal del parto, se deben aflojar los ligamentos, lo que puede hacerlos más vulnerables durante los movimientos extenuantes.

Otro cambio fundamental es el aumento del volumen sanguíneo y del gasto cardíaco, y el correspondiente aumento de la frecuencia cardíaca. Afrontar todos estos cambios de forma saludable es un reto y se recomiendan temas como el sudor, la nutrición y el ejercicio físico, pero ¿una mujer con vergüenza puede practicar ejercicio físico? Ésta es una pregunta que suele hacerse el público en general. Tenemos algunas recomendaciones generales, y decir, habrá cambios dependiendo del estado de la mujer avergonzada.

(Jessica López) Imagen de journal.crossfit.com

Las directrices dirigidas a mujeres embarazadas que nunca han practicado ejercicio físico, pero gozan de buena salud, indican que el inicio de la práctica debe recibir una restricción en el primer trimestre, período en el que se forma el bebé. Durante este período, las actividades ligeras y moderadas contribuirán a la calidad de vida y comodidad de la madre y del bebé, permitiendo incluso una mejor recuperación posparto, “hay que poder cruzar la calle antes de que aparezca la mano roja, caminar de las plazas a ir al supermercado y llevarme una bolsa de comestibles a casa, y tal vez subir las escaleras”.

Cuando nos encontramos en una situación en la que la mujer se siente avergonzada y tiene que practicar ejercicio físico, la orientación estará dirigida hacia la sensación de malestar tanto en relación a la recuperación y el cansancio, como durante la ejecución de algún movimiento. Existen algunas pautas como correr o saltar, con el fin de evitar posibles caídas, pero no existe relación con la intensidad del estímulo (aumento de presión y frecuencia cardíaca) que presenta el movimiento. También se producirán algunas adaptaciones, especialmente en las etapas finales del embarazo, ya que la barriga será más grande, lo que dificulta el movimiento del cuerpo.

 Lineamientos generales como: garantizar la salud y seguridad general de la madre y del niño; mantenerse al día con los cambios que se presentan cada trimestre con cambios hormonales que afectan músculos, tendones y articulaciones; aplicación cuidadosa de la intensidad relativa (cómo se siente la vergüenza durante la práctica); preservar el estímulo anticipado de los impulsores del movimiento, pero no necesariamente la producción metabólica (intensidad); garantizará la seguridad y la salud.

El problema es un período en el que “la madre del medio (e incluso la madre que está por encima del medio) no necesita poder correr 10 km más rápido; Es necesario conocer la técnica de movimiento adecuada, así como la fuerza y ​​potencia funcional para que puedas acomodar adecuadamente tu abdomen en crecimiento y evitar el dolor lumbar. Una vez que nace el bebé, hay que poder colocarlo correctamente en las sillas, levantarlo, subirlo y bajarlo por las escaleras, y ponerlo innumerables veces dentro y fuera de un cochecito o silla de auto”. Si bien no hay mucha investigación sobre la reanudación de la actividad física después del parto, los expertos médicos recomiendan precaución en las primeras cuatro a seis semanas después del parto, porque los cambios fisiológicos y morfológicos que ocurren con la vergüenza persisten después del parto.

 

Escrito por Andreza Ribeiro.

Entrenador

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Referencias:

Entrenamiento CrossFit durante el embarazo y la maternidad: una nueva frontera científica, POR DR. COOKER PERKINS, HANNAH DEWALT, 30 de noviembre de 2017.

 http://journal.crossfit.com/article/crossfit-training-during-pregnancy-and-motherhood

Embarazo: una guía práctica para escalar, POR NICOLE CHRISTENSEN CF-L4, 8 de febrero de 2017.

 http://journal.crossfit.com/article/cfj-pregnancy-a-practical-guide-for-scaling

 

El embarazo de alto rendimiento, POR ANDREA NITZ, 22 de noviembre de 2017.

 http://journal.crossfit.com/article/high-performance-pregnancy-2  

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